miércoles, 14 de abril de 2010

1. INTRODUCCION
1.1. MAMÍFEROS ACORAZADOS
Quienes deseen encontrarlos en Internet podrán probar con muchos nombres: armadillo, mulita, quirquincho, tatú, cachicamo. Todos describen, en diferentes países y regiones, a uno de los habitantes más extraños de América: un mamífero acorazado.
Desde el punto de vista científico tienen otra denominación: forman parte de la orden Edentata y de la familia Dasypodidae. Existen unas veinte especies distintas de armadillos, que habitan en diferentes latitudes e incluso tienen hábitos distintos, aunque todos comparten como característica fundamental la caparazón, hecha de huesos.
Los armadillos o quirquinchos aparecieron hace unos 50 millones de años en el territorio de América del Sur. Hay numerosos restos fósiles que evidencian su presencia, y la de antiguos parientes ya extintos, como el gliptodonte. Su curiosa apariencia maravilló a los primeros europeos que los vieron, pero su existencia para entonces ya nutría el conocimiento de los pueblos indígenas.
Su presencia es escurridiza. Pero sin embargo es fácil de detectarlos en nuestra cultura: en cuentos y leyendas de lugares como Perú, México, Bolivia y Colombia. El caparazón del quirquincho ha sido utilizado para fabricar un tipo de charango, instrumento de cuerdas originario de Bolivia. Y en algunas regiones, como Colombia, esta especie es considerada comestible.
En la actualidad es posible encontrar armadillos desde el sur de Chile hasta la parte meridional de EE.UU. Su presencia en América del Norte data de mediados del siglo pasado, y en algunos lugares, como en Texas, son tan abundantes que muchos los consideran una plaga.
Pero en otras regiones hay especies de armadillos que enfrentan el peligro de extinción, ya sea por depredación o por la destrucción de su hábitat. Es lo que sucede, por ejemplo, con el armadillo gigante.





1.2. Y cómo es él …
Las numerosas especies de armadillos se distribuyen en distintas zonas de América del Sur, como el norte y centro de Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, hasta Venezuela y las Guayanas y en América Central. Sólo el armadillo de nueve bandas ha podido habitar en el sur de los Estados Unidos de América a donde fue introducido a finales del siglo pasado.
En Colombia abundan en los llanos orientales, las costas Atlántica y Pacífica, región Andina y selvas del amazonas.
“Se encuentra desde zonas cálidas-húmedas, bosques y selvas de la costa pacífica (Chocó y Buenaventura), hasta zonas de páramo (de reciente colonización por parte del armadillo), dada la presión causada por la ampliación de la frontera agropecuaria, pues han sido reemplazas zonas boscosas por monocultivos como la caña de azúcar o por el establecimiento de producciones ganaderas en zonas de ladera”, según el zootecnista de la Universidad Nacional de Colombia Sede Palmira, José Roosevelt Orozco Rodríguez, autor de la monografía “Recopilación de estudios sobre desdentados, con énfasis en el armadillo de nueve bandas, Dasypus novemcinctus”, una de las más completas investigaciones que se han realizado en Colombia sobre el armadillo.
Parecen ser omnívoros, consumen toda clase de alimentos, principalmente vertebrados pequeños como lagartijas, insectos, lombrices, frutos, y pequeñas raíces y tubérculos.
Los armadillos pueden convivir con especies diferentes. Fuera del período de acoplamiento, viven los dos sexos separados, habitando madrigueras distintas.
El apareamiento suele darse por coincidencia de la hembra y el macho en un momento cualquiera, en una madriguera cualquiera. Pasado el apareamiento, cada animal (tanto la hembra como el macho) sigue un rumbo diferente.

Después de la fecundación, la implantación del embrión en el útero dura 14 semanas. Se ha reportado que la gestación dura 270 semanas, dato no preciso pues el armadillo es un animal no domesticado por excelencia.
Después de la gestación, nacen cuatro crías del mismo sexo que están cubiertas de una piel blanda, flexible y elástica que se endurece en pocas semanas.
La cría suele dejar a la madre entre los seis y los ocho meses de edad, cuando se cree que por su talla y peso, ha alcanzado la madurez sexual.
Cómo se puede ver, los ojos de toda la comunidad están puestos sobre el armadillo, no sólo como una esperanza de alimentación sino también como una esperanza de tratamiento para muchas enfermedades que continúan atacando al ser humano.

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